El ello del yo del super yo

Estaba en un bar tomando una cerveza bien fría y hablando con dos amigas y Ana se refiere a una situación anterior que vivimos juntos y dice “En esa ocasión te comportaste como un caballero”. A lo que Lorena retruca con un “Corrección en esa ocasión fuiste un entupido die”. Je, ese Die sonó a que quiso suavizar el entupido.
Al escuchar esos comentarios me di cuenta de las distintas percepciones que tienen los demás de mi.
Por ejemplo; Ana me tiene en su billetera junto a las estampillas de los santos, mientras que lore piensa que soy un despistado total.
La princesa de mi hermana cree que soy inteligente y es que todavía no entiende los niveles de inteligencias o el simple echo de que ella esta aprendiendo.
Mi mejor enemigo me cree un sorete insoportable y es por que nunca se preocupo en conocerme.
Mi novia me cree un romántico y es por que solo la quiero hacer feliz, aunque no soporte el empalagamiento amoroso.
Un conocido piensa que soy un mal humorado y es que me rompe soberanamente las pelotas que me interrumpan cuando leo un libro.
Mi perro me ve como el todo poderoso que lo alimenta y solo lo conseguí con el Dog Chow.
Los ladrones me ven como alguien fácil de robar y no se dan cuenta que es por el efecto del paco.
La pobre gente temerosa de la sociedad piensan que soy el ladrón solo por ser morocho.
Mi tío me ve como un adulto responsable y que yo recuerde, lo ultimo responsable que hice fue decirle a mi hermana que se lave los dientes.
Mientras que yo todas las mañanas cuando me miro al espejo, veo a una persona con una vida rutinaria, tratando de parar el tiempo, intentando no dejar pasar el tren de lo interesante y agradeciendo cruzarme por la calle con cientos de desconocidos, que me ven como uno mas de la manada, en esta jungla de egos y a los cuales no necesito mostrarme como soy.
Solo tengo que caminar, sonreír y dejarlos pasar.